EXPEDICIÓN USUMACINTA 2008
En un cayuco maya, como los que se utilizaban hace más de 600 años, el equipo de México desconocido se lanzó a una aventura que en su primer etapa duró seis días y recorrió más de 160 kilómetros por los ríos Lacantún y Usumacinta. Ahora está en marcha la segunda etapa, igual de emocionante Y con la misma intención que la primera: conocer mejor las antiguas rutas mayas de navegación y el funcionamiento de estas admirables embarcaciones, que entonces iban cargadas de valiosas mercancías.

miércoles, 18 de junio de 2008

Bitácora de viaje. Parte 1. Día 5.

www.mexicodesconocido.com.mx
Día 5. De Yaxchilán a Piedras Negras, Guatemala.
Tiempo de navegación: 10 horas

Éste fue el día más largo de toda la expedición porque decidimos navegar de corrido hasta la zona arqueológica de Piedras Negras, ubicada en la ribera norte del Usumacinta, esta vez en territorio guatemalteco. Tras alejarnos de Yaxchilán, fuimos siguiendo el curso del río, que se abre paso entre las paredes del cañón, mientras va revelando algunas sorpresas. La primera, una hermosa isla de arena blanca. Después pasamos lentamente, casi deteniéndonos, por una comunidad llamada El Desempeño. Pudimos saludar a sus pobladores, quienes nos miraban asombrados, pues al parecer la última expedición de aventura que recorrió esta parte del río, ¡lo hizo hace más de nueve años!

Seguimos avanzando sin darnos cuenta de que el río se encañonó tanto que se formaron rápidos y también remolinos. Enfilamos nuestro cayuco sin pensarlo dos veces e íbamos documentando la acción, cuando nos sorprendió una ola que tiró a Alfredo Martínez al agua con todo y cámara de video, de manera que sólo veíamos su mano en la superficie tratando de salvar el equipo. Pero Alfredo pronto regresó al cayuco con la cámara a salvo y listo para seguir grabando. Después de mucho remar y de pasar otros rápidos menores, atracamos en la primera entrada de Piedras Negras, que no está abierta a los escasos visitantes que logran llegar a esta ciudad perdida. En esta entrada pudimos ver una gran roca conocida como Máscara del Mono, Reloj o Guitarrón. Fue aquí donde Alfredo tomó algunas de las fotos más interesantes del día, donde pueden verse tanto esta parte de la zona arqueológica, como el cayuco. Antes de que se hiciera de noche, proseguimos hasta El Porvenir, un campamento militar ubicado en un playón escalonado por el acceso habitual a Piedras Negras.
Todos sentimos una energía especial en este sitio, tan alejado de la vida humana y habitado sólo por las antiguas rocas mayas dejadas al antojo de la selva y sus criaturas. Nos fuimos a dormir tranquilos, soñando con esta extraña ciudad, más extensa que Yaxchilán y con la que vivió largos periodos de enemistad. Nunca sospechamos que el río, ese indomable libro abierto, conoce mejor que nosotros los pormenores de esta historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Realmente es una odisea lo que ustedes están haciendo, gracias por compartir estos momentos con nosotros. Y por supuesto que estaré al pendiente de la expedición.
Oigan, si continuan con estos viajes, puedo acompañarlos?
Felicidades.