miércoles, 18 de junio de 2008

Bitácora de viaje. Parte 1. Día 4.


Día 4. De Frontera Corozal a Yaxchilán – exploración de la zona arqueológica
Tiempo de navegación: 2 horas

Recuperados del susto, despertamos con nuevas energías y emprendimos el viaje hacia Yaxchilán. La experiencia de llegar a esta antigua capital maya navegando en cayuco es inigualable. Hacerlo nos permitió entender cómo los hábiles comerciantes accedían a la ciudad con gran naturalidad, atracando en la playa que formaba la ribera. Estuvimos explorando las posibles vías de entrada a la zona, no sólo la que usan regularmente los visitantes, lo que nos permitió comprender mejor cómo toda la ciudad funcionaba en torno al Usumacinta. La arqueóloga que nos acompaña, María Eugenia Romero, observó que unas escalinatas que dan a la plaza principal y que permanecen inexploradas, podrían haber conectado la zona de desembarque (que incluía un gran muelle de madera y probablemente un asombroso puente) con el centro administrativo de la ciudad. De ser así, la idea que se tiene actualmente sobre la organización de esta urbe y su relación con el río podría cambiar considerablemente.


Desde nuestro cayuco también pudimos analizar con detenimiento unas misteriosas estructuras de roca localizadas en medio del Usumacinta. Éstas fueron estudiadas la década pasada por un ingeniero civil y explorador llamado James O’Kon, quien propuso la existencia de un inmenso puente suspendido a todo lo ancho del caudaloso río, conectando la ciudad de Yaxchilán con Guatemala. De comprobarse esta teoría, ¡estaríamos hablando del puente más largo y moderno del mundo antiguo, construido por grandiosos ingenieros mayas!

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